III SEMINARIO EN MADRID
CON LOS SHIHAN MIGUEL ÁNGEL SANZ Y
PEDRO ZAPATERO
"No se puede estudiar, hay que sentirlo"
Estas eran algunas de las palabras que flotaban en el aire el pasado 12 y 13 de abril 2008 en el "Polideportivo La Latina", Plaza de la Cebada, 1 en Madrid, cuando se celebró el seminario intensivo de Bujinkan, impartido por los maestros Pedro Zapatero y Miguel Ángel Sanz y organizado por Ismael de la Fuente y Juan Carlos Borssi. Unas palabras que adquieren todo su sentido al contemplar la entrega total de sus alumnos a un arte marcial en la que, mas que los movimientos, predomina el sentimiento y es que, la Bujinkan es algo mas profundo que simples figuras, es una doctrina donde el contenido espiritual tiene un fuerte protagonismo.
Aquella tarde me sirvió para reafirmarme en la idea de que las cosas hay que conocerlas desde dentro, de esa forma me sumergí en toda una tradición japonesa allá por el siglo XII donde los ninjas se enfrentaban a la realidad katana en mano y escabulléndose del enemigo con técnicos movimientos como el kaiten. En la parte central de la sala, dos grandes maestros: Takamatsu Sensei y su heredero, Hatsumi Sensei. Alrededor, sus discípulos sedientos de este arte marcial que supone un viaje espiritual donde la sensación de proximidad a la muerte conduce a una iluminación del ser en toda su plenitud.
Los dos maestros que impartieron el curso constituyen un equipo armonioso de enseñanza: Uno de ellos, Miguel Ángel Sanz, un auténtico ninja que apuesta por la seguridad y precisión de los movimientos. Pedro Zapatero era el otro gran maestro que completaba las enseñanzas prácticas de Miguel Ángel con el ingrediente espiritual necesario para comprender la Bujinkan como filosofía de vida.
A través de las enseñanzas de la escuela Togakure Ryu, durante aquel seminario comprendí la intensidad que puede llegar a tener este arte marcial a la hora de conformar nuestra experiencia vital, una experiencia que no entiende de sexos ya que el seminario también contó con la esencia femenina. Las fuertes armas de seducción y de engaño, combinadas con las técnicas ninjas, convertían a la mujer en el arma mortal más potente capaz de acabar con el enemigo de forma extraordinaria.
Un verdadero ninja sabe que no hay nada fijo en su camino y que en cualquier momento el destino le tiene algún impedimento preparado, la Bujinkan ofrece, por ello, una serie de valores que nos posibilitan crecer como persona y encararnos a la vida visualizando minuciosamente lo que se nos presenta a cada paso. No se trata de un juego de peleas, este arte marcial conforma todo un conglomerado de técnicas, tanto físicas como mentales, que requieren la conexión de alma y cuerpo teniendo en cuenta siempre al adversario.
Nos encontramos ante un mundo cargado de violencia, superficialidad y egocentrismo, donde la pérdida de valores y principios es algo cada vez mas frecuente. Vivimos una vida a contrareloj y quizás merezca la pena detenernos y reflexionar, hay muchas formas para ello pero sin duda la Bujinkan podría ser una buena opción, ya que como decía Miguel Ángel Sanz,"La Bukinkan está para hacer a la gente mas maravillosa".
MARÍA GARCÍA ALARCÓN
ÁREA DE PERIODISMO
-Universidad Complutense de Madrid-
CON LOS SHIHAN MIGUEL ÁNGEL SANZ Y
PEDRO ZAPATERO
"No se puede estudiar, hay que sentirlo"
Estas eran algunas de las palabras que flotaban en el aire el pasado 12 y 13 de abril 2008 en el "Polideportivo La Latina", Plaza de la Cebada, 1 en Madrid, cuando se celebró el seminario intensivo de Bujinkan, impartido por los maestros Pedro Zapatero y Miguel Ángel Sanz y organizado por Ismael de la Fuente y Juan Carlos Borssi. Unas palabras que adquieren todo su sentido al contemplar la entrega total de sus alumnos a un arte marcial en la que, mas que los movimientos, predomina el sentimiento y es que, la Bujinkan es algo mas profundo que simples figuras, es una doctrina donde el contenido espiritual tiene un fuerte protagonismo.
Aquella tarde me sirvió para reafirmarme en la idea de que las cosas hay que conocerlas desde dentro, de esa forma me sumergí en toda una tradición japonesa allá por el siglo XII donde los ninjas se enfrentaban a la realidad katana en mano y escabulléndose del enemigo con técnicos movimientos como el kaiten. En la parte central de la sala, dos grandes maestros: Takamatsu Sensei y su heredero, Hatsumi Sensei. Alrededor, sus discípulos sedientos de este arte marcial que supone un viaje espiritual donde la sensación de proximidad a la muerte conduce a una iluminación del ser en toda su plenitud.
Los dos maestros que impartieron el curso constituyen un equipo armonioso de enseñanza: Uno de ellos, Miguel Ángel Sanz, un auténtico ninja que apuesta por la seguridad y precisión de los movimientos. Pedro Zapatero era el otro gran maestro que completaba las enseñanzas prácticas de Miguel Ángel con el ingrediente espiritual necesario para comprender la Bujinkan como filosofía de vida.
A través de las enseñanzas de la escuela Togakure Ryu, durante aquel seminario comprendí la intensidad que puede llegar a tener este arte marcial a la hora de conformar nuestra experiencia vital, una experiencia que no entiende de sexos ya que el seminario también contó con la esencia femenina. Las fuertes armas de seducción y de engaño, combinadas con las técnicas ninjas, convertían a la mujer en el arma mortal más potente capaz de acabar con el enemigo de forma extraordinaria.
Un verdadero ninja sabe que no hay nada fijo en su camino y que en cualquier momento el destino le tiene algún impedimento preparado, la Bujinkan ofrece, por ello, una serie de valores que nos posibilitan crecer como persona y encararnos a la vida visualizando minuciosamente lo que se nos presenta a cada paso. No se trata de un juego de peleas, este arte marcial conforma todo un conglomerado de técnicas, tanto físicas como mentales, que requieren la conexión de alma y cuerpo teniendo en cuenta siempre al adversario.
Nos encontramos ante un mundo cargado de violencia, superficialidad y egocentrismo, donde la pérdida de valores y principios es algo cada vez mas frecuente. Vivimos una vida a contrareloj y quizás merezca la pena detenernos y reflexionar, hay muchas formas para ello pero sin duda la Bujinkan podría ser una buena opción, ya que como decía Miguel Ángel Sanz,"La Bukinkan está para hacer a la gente mas maravillosa".
MARÍA GARCÍA ALARCÓN
ÁREA DE PERIODISMO
-Universidad Complutense de Madrid-
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