BUJINKANKYU


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warrior eyes

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KIAI

EL KIAI

El Kiai puede ser descrito como el poder potencial que gobierna el curso de la vida humana, y la fuente de energía inherente a la raza humana; en síntesis, la energía de las energías.


La existencia del Kiai y la posibilidad de controlarlo han sido reconocidas desde tiempo inmemorial, aunque siempre esa posibilidad ha sido asociada con las artes marciales y considerada como una suerte de monopolio de la clase samurai, a la cual la gente común no tiene posibilidad de aspirar. De todos modos, esta concepción es errónea, ya que la presencia del Kiai puede ser detectada en todas las actividades del hombre, desde la política al ajedrez.

Desde un punto de vista occidental, el aspecto más importante de la investigación serán las indicaciones sobre el método por el cual el poder de utilizar el Kiai puede ser adquirido.


La palabra Kiai está compuesta por KI, significando "energía", "mente", "resolución", "espíritu" "voluntad", y AI, la contracción del verbo AWASU, que significa "unir". Así pues podemos decir que el Kiai es la unión de la energía Ki y su posterior expansión. Como sugiere naturalmente esta combinación, denota una condición en la cual dos mentes están unificadas de tal manera que la más fuerte controla a la más débil.

Psicológicamente este es el arte de concentrar toda la energía mental en un solo objeto, con la determinación de alcanzar o dominar este objeto.

Físicamente es el arte de la respiración profunda y prolongada, como se explicará detalladamente más adelante. Su aplicación práctica es vencer a un oponente con el cual uno se enfrenta cara a cara.

Podemos considerar primero la utilidad del Kiai aplicado a las artes marciales. El Bushido tiene sus bases en la rectitud mental y esta última es la esencia del Kiai. Cuando nuestra mente es injusta, de poco nos servirá el Kiai.
Las artes marciales están divididas en muchas ramas, pero el Kiai es la vida de todas; sin Kiai ninguna puede llegar a la perfección.

En la opinión del guerrero japonés, no es el mero arte concreto, si tal expresión es permisible, el que hace posible la obtención de la victoria; el secreto reside en el Kiai. Es el combatiente que consigue control sobre su antagonista el que vence, y no es simplemente el arte de la esgrima o lucha, sino el Kiai quien brinda al combatiente el poder de conseguir ese control. Así, Yamaoka Tesshu, el más avezado esgrimista de su tiempo, revela el secreto del arte de la esgrima con las siguientes palabras: "No fijes tu mente en la actitud que asume tu rival, ni la asumas como tuya, ni tampoco tu espada. En cambio fija tu mente en tu Saika Tanden (la parte del abdomen situada bajo el ombligo) y no pienses en golpear a tu oponente ni en recibir en golpe de parte de él. Desecha todo designio específico y precipítate al ataque en el momento en que veas a tu enemigo en el acto de blandir la espada sobre su cabeza".

Jujitsu (literalmente "técnica suave" como su nombre implica, está basado en el principio de oponer suavidad o elasticidad a la dureza. Su secreto reside en mantener el cuerpo lleno de Ki, con elasticidad en los miembros, y en estar siempre alerta para utilizar la fuerza del enemigo en ventaja propia, empleando la mínima fuerza muscular. "La suavidad conquista la dureza" es una frase que expresa la idea del uso apropiado del Kiai.
No sólo en esgrima y Jujitsu, sino también en otras ramas de las artes marciales, el Kiai debe ser ejercido inteligentemente si se desea obtener los mejores resultados.


Ahora consideramos al Kiai en conexión con la respiración. Cuando uno expele el aire de los pulmones siente relajarse los músculos y los huesos, mientras que al llenar los pulmones y abdomen de aire, uno es consciente del fenómeno opuesto. Al expeler el aire se pierde vigor, mientras que al inhalar se gana fuerza. En el lenguaje esotérico japonés, la última condición es llamada "plenitud" y la primera "vaciedad". Atacar la vaciedad con plenitud es un medio seguro de obtener la victoria. Si en el acto de atacar, uno de los combatientes tiene los pulmones llenos de aire, mientras que los del otro están vacíos, el primero tiene la victoria segura. Al menos, así es en teoría. Mirando bajo esta luz, el Kiai debe ser considerado sinónimo del acto de respirar. La frase frecuentemente usada por los maestros de esgrima japoneses, "KIAI O KAKERU" (revelar el Kiai) significa caer sobre el enemigo con un grito en el momento exacto en que éste ha exhalado el aliento. El secreto de la respiración Kiai reside en llenar el Saika Tanden antes descrito, en vez del pecho, como hacemos los occidentales. Lo que puede ser llamado respiración abdominal profunda es denominado en japonés FUKUSHIKI KOKYU. Hay muchos métodos para respirar de esta manera, pero una de las más simples es la siguiente: "Tome una tira de tela de algodón de alrededor de 180 cm., dóblela dos veces, pásela dos veces alrededor del estómago, justo debajo de las últimas costillas y ajústelo apretadamente en esta posición. Entonces trate de inhalar aire profundamente hacia el estómago. Repita el proceso tres o cuatrocientas veces al día, y hasta dos o tres mil veces, si puede acostumbrarse. Al hacer esto mantenga el cuerpo relajado, los hombros hacia abajo, la espalda derecha, y siéntese de tal forma que la punta de su nariz esté alineada con el ombligo (o saika tanden). Acostúmbrese al sentarse a presionar el asiento con las caderas, y al caminar proyectar el abdomen más adelante que los pies. Estas instrucciones pueden ser difíciles de cumplir, pero la idea es regular sus movimientos, como si usted tuviera un objeto siempre a la vista. Al enfrentarse a un oponente, tanto en postura de pie o sentado, mírelo directamente al rostro, pero no omita por un momento tener su ojo mental dirigido hacia el Saika Tanden; cuide de respirar según las instrucciones dadas, y de este modo no será distraído por objetos extraños".

Lo que es llamado MUNEN MUSHIN (literalmente: "sin idea-sin mente" es un factor esencial en el Kiai, y puede ser adquirido regulando la respiración. Con respecto a esto, puede ser mencionado el célebre monje budista llamado Takuan. Escribe en su famoso libro "Kitsuyoshu": "Munen Mushin es el nombre de Buda. Al abrir la boca para explorar el aire, surge NA, y al cerrarla para inhalar, se obtiene MU. Al abrir la boca nuevamente surge A, y al cerrarla otra vez, MI. Abriéndola nuevamente, surge DA, y al cerrar BUTSU. Así la triple inhalación y exhalación es equivalente a la invocación budista NAMU AMIDA BUTSU, que es el símbolo de las letras A y UM. El sonido A es producido al abrir la boca, y el UM al cerrarla. Así, puede decirse que en el estado de total ausencia de la mente (MUNEN MUSHIN) siempre se repite el nombre de Buda, aunque no se pronuncie en voz alta".
Puede advertirse entonces que el secreto del Budismo está relacionado con este AUM, o sea el arte de controlar la respiración.


Otra condición física esencial del arte del Kiai es el control de la postura. La primera premisa es mantener el cuerpo relajado, elástico, como si fuera de goma. Para alcanzar esta condición, otra vez, es necesario concentrar el vigor en el Saika Tanden, mientras se mantiene el pecho vacío. La postura tiene gran influencia sobre la respiración, y ambas deben ser estudiadas conjuntamente. El segundo punto a observar es mantener la boca cerrada y las mejillas entradas hacia la garganta. En el sistema de Za Zen se enseña al estudiante a mantener las orejas en una línea con los hombros, y la nariz en una línea con el ombligo. Y aquí está precisamente la posición requerida. Si se mantiene la boca cerrada y las mejillas hundidas, los principales músculos de la garganta están en tensión, y la columna vertebral derecha. Esta última proporciona la fuerza apropiada al bajo abdomen. El efecto de la postura sobre el cuerpo y la mente es grande. Físicamente, la correcta postura estimula la circulación de la sangre, vigorizando los músculos y otros órganos. El efecto mental no es menos considerable. En el entrenamiento, tanto de samuráis como de monjes zen, se les ha enseñado desde tiempos remotos que la boca se debe mantener cerrada, y el aire inhalado a través de las ventanas nasales para impartir fuerza al bajo abdomen o Saika Tanden. El mantenimiento de la postura descrita refresca la mente e imbuye al sujeto de un aire dignificado, el cual es también un factor importante en el arte del Kiai. Hay un viejo dicho en el Budo o "Camino del Guerrero", que dice: "Primero los ojos, segundo la astucia, tercero el coraje, cuarto la fuerza física".


En el Kiai también se da gran importancia a los ojos por dos razones, siendo la primera la necesidad de cultivar la visión rápida y clara, y la segunda la ayuda que estos órganos brindan en la asunción de la dignidad a la cual se ha aludido.
De acuerdo a esto, el hábito de mirar rectamente a las cosas debe ser asiduamente practicado. El celebrado filósofo Mencius dice que "Los ojos son los mejores elementos para juzgar a los hombres". Cuando la mente es oscura, los ojos son apagados. "Escuche hablar a un hombre y mírelo a los ojos; no podrá ocultar los secretos de su alma". Los ojos son espejos del estado mental, y pocos hombres o mujeres de conciencias culpables tienen los ojos claros y brillantes. El estudiante de artes marciales y del Kiai debe, por lo tanto, cultivar el hábito de mirar recto al rostro de su interlocutor, u observar cualquier objeto de la misma manera, sin parpadear.


Lo que es llamado NIGIRI KATAMI (literalmente "asir fuertemente" significa unir los dedos firmemente con los pulgares hacia abajo. Se dice que esta práctica proporcionará vigor y coraje al cuerpo, y facilitará conservar la mente firme en las más difíciles circunstancias.

En todas las artes marciales el japonés está dispuesto a adjudicar más importancia a la parte de su cuerpo que está por debajo de la línea de la cintura, que a la parte superior. Es aconsejable poner más fuerza en los pies que en los brazos y manos. Cuando uno está asustado, está propenso a perder el uso de los miembros inferiores y permanecer inmóvil como una piedra. Al estudiar el arte del Kiai, los pies deben ser cuidadosamente entrenados. Una buena práctica es pisar fuerte de vez en cuando, o andar de un lado a otro con los brazos y manos alrededor de la cintura; al caminar debe cuidarse en aplicar el peso del cuerpo más en los dedos que en los talones.

Un conocido filósofo chino de la dinastía Ming dijo: "Si se mantiene la mente una e indivisa, se acomoda por sí misma a diez mil circunstancias diferentes. Esta es la razón por la cual un hombre superior puede mantener su mente vacía y quieta". Estas palabras explican el aspecto psicológico del arte del Kiai. Por unidad e indivisibilidad de la mente se entiende la unificación de la fuerza mental, que es un factor esencial del Kiai.


La mente O corazon (Kokoro) debe estar siempre preparada para enfrentar emergencias que pueden surgir en cualquier momento. No sólo se debe entrenar la mente de la forma arriba descrita, sino también se debe cultivar al hábito de hacer buen uso de la fuerza mental de los oponentes. Para llevar a un oponente bajo control es necesario privarlo de su mente. Esto es, distraer su atención y dominarlo para tomar ventaja. El conocido monje budista Takuan dijo:

"La mente hace del Ki un vehículo, y lo conduce ampliamente en su operación activa".

La mente controla al Ki, pero el último puede a veces influenciar a la primera. Cuando el Ki está quieto, la mente también permanece quieta. La mente yace escondida en nuestro ser interior; el Ki opera externamente para llevar a la mente hacia la meta propuesta. En esgrima y otras artes marciales se acentúa la importancia de un acuerdo o concordancia entre la mente (Ki) y la fuerza (Chikara).


A modo de ilustración, supongamos que usted desea obtener algo hermoso. Esto es lo que en este culto se llama Kokoro o mente, o más literalmente corazón. Para obtener ese algo, usted alarga la mano, o su mano alcanza ese objeto obedeciendo la orden de su kokoro. Esto es lo que los japoneses llaman Ki. Cuando su mano alcanza el objeto y usted lo toma y lo acerca hacia sí, tenemos una manifestación de fuerza, o chikara en japonés. Sin la ayuda de cada uno de estos factores, nada podrá ser suyo nunca. Kokoro (mente o corazón) dicta la acción al Ki, y chikara (fuerza) ejecuta el mandato de su mente. El arte del Kiai tiene relación con el desarrollo de este Ki. Cuando el Ki está apagado y débil, no habrá fuerza suficiente para cumplir las órdenes de la mente.

El Kiai implica la fabricación de un cuerpo fuerte por medio de una mente fuerte, endurece todo el ser, haciéndolo invulnerable al ataque.
Quizás estas viejas frases puedan revelar el secreto de este arte:

No tengo familia, hago de la tierra y los cielos mi familia.
No tengo hogar, hago del saika tanden mi hogar.
No tengo poder divino, hago de la honestidad mi poder.
No tengo medios, hago de la docilidad mi medio.
No tengo poder mágico, hago de la personalidad mi magia.
No tengo vida ni muerte, hago del AUM mi vida y mi muerte.
No tengo cuerpo, hago del estoicismo mi cuerpo.
No tengo ojos, hago del relámpago mis ojos.
No tengo orejas, hago de la sensibilidad mis orejas.
No tengo miembros, hago de la prontitud mis miembros.
No tengo leyes, hago de la autoprotección mi ley.
No tengo estrategia, hago de la libertad de matar y resucitar mi estrategia.
No tengo forma, hago de la astucia mi forma.
No tengo milagros, hago de la justicia mi milagro.
No tengo principios, hago de la adaptabilidad mi principio.
No tengo tácticas, hago de la vaciedad y la plenitud mis tácticas.
No tengo talento, hago de la rapidez mi talento.
No tengo amigos, hago de mi mente mi amigo.
No tengo enemigos, hago del descuido mi enemigo.
No tengo armadura, hago de la benevolencia y la rectitud mi armadura.
No tengo castillo, hago de la mente inamovible mi castillo.
No tengo espada, hago de la ausencia de mente mi espada.

El secreto de la victoria en un encuentro reside en esto: no pensar en vencer sino en no ser vencido. Uno es derrotado, porque trata de vencer. Si no es vencido, la victoria siempre estará de su lado. Podría calificar esta observación diciendo que en Judo, al menos en lo que se refiere a competiciones amistosas, a veces ninguna de las partes gana o pierde, pero presumiblemente en batallas hasta el fin, uno de los combatientes, en nueve casos de cada diez, es vencido.

historia 1


Sen no Rikyu, que enseñaba la ceremonia del té en los tiempos del Shogun Hideyoshi, era un experto en el arte del Kiai. Hideyoshi solía comentar a sus amigos

"Miren a Rikyu haciendo el té, y notarán que todo su cuerpo está lleno de Kiai, y no hay lugar para un ataque".

Kato Kiyomasa, el famoso general de Hideyoshi que jugó el rol más importante en la invasión a Corea, al oír este cumplido hecho a Rikyu por su maestro, se decidió a encontrar una oportunidad para humillar al experto en Kiai. Un día acompañó a su maestro a la casa de Rikyu, y detectando lo que le pareció una guardia descubierta, alzó su espada hasta la posición de ataque. Tan pronto como hizo esto, Rikyu se volvió hacia Hideyoshi y le comentó con calma:

"Su excelencia tiene un guardia muy orgulloso en Kiyomasa",

y se volvió hacia Kiyomasa con una mirada fija que impidió que el nombrado siquiera respirara. Dijimos en este caso que Kiyomasa había encontrado una brecha para atacar, pero su mente estaba relajada en el instante en que pensó en su inminente triunfo, y así Rikyu lo venció con Kiai.

historia 2


Yagyu Matajuru era el hijo del famoso maestro de esgrima Yagyu Hida-no-Kami, quien era tutor del Shogun Tokugawa en días feudales. Disgustó un día a su padre y fue expulsado de su casa. Matajuru se arrepintió de su conducta errónea, y se decidió a enmendarse. Entonces estudió esgrima con un bien conocido maestro, durante un número de años, en circunstancias bastante difíciles. Llegó a ser bastante eficiente, y de regreso en Edo (la actual Tokyo) fue a ver a un tal Okubo Hikozaemon pidiéndole que usara su influencia con su padre para que lo hiciera levantar la amenaza de desheredarlo; de ese modo Matajuru podría suceder a su padre como maestro de esgrima del Shogun. Hikozaemon era afecto al descarriado hijo de su amigo, y por lo tanto consintió en actuar como intermediario para lograr la reconciliación. Al mismo tiempo, pidió a Matajuru una demostración de su pericia en esgrima, ya que sabía que una aseveración en este aspecto tendría más peso ente el padre que cualquier otra cosa. Matajuru al momento consintió y propuso que se llamara a alguien para actuar como oponente, pero como en ese momento no había nadie en la casa, finalmente dijo a Hikozaemon que en cambio le daría una demostración de Kiai. Así diciendo, miró hacia el jardín, donde vio unos cuantos gorriones posados sobre una rama de un alto pino, y fijando fuertemente la vista en los pájaros, pronunció el Kiai, e instantáneamente los pájaros cayeron al suelo inanimados. Cuando relajó el Kiai los pájaros salieron volando, ganada nuevamente la conciencia. Hikozaemon estaba atónito de admiración, y no tuvo dificultad en efectuar la reconciliación del joven con su padre, como había prometido.. Este particular poder es conocido en las escuelas japonesas de esgrima como Toate no Jutsu, o "el arte de golpear a distancia".

historia 3


Yamamoto Kausuke, un celebrado estratega que sirvió a Takeda Shingen antes de la invasión a Corea de Hideyoshi, un día estaba pasando por un bosque montañoso, cuando una manada de lobos hambrientos aparecieron de pronto y le rodearon. En un impulso momentáneo, Kausuke trató de atacar a los animales, llevando la mano a la empuñadura de la espada, pero un segundo pensamiento lo detuvo, ya que concluyó que sería un deshonor para un samurai usar tal arma contra esos animales. En cambio, calmosamente unió sus muñecas con los pulgares por debajo de los demás dedos, en el estilo nigiri katami mencionado, y fríamente pasó a través de la horda de lobos. Estos parecieron retroceder ante la compostura y aire digno de Kausuke, y se volvieron sobre sus talones.


Existen muchas anécdotas sobre maravillosos poderes y hazañas realizadas por expertos en el arte del Kiai. El asir hierros al rojo vivo sin ningún daño visible en las manos y otros sucesos son adjudicados a la aplicación práctica del Kiai, el cual se ejerce no sólo entre seres vivientes sino también sobre objetos inanimados a través de un delicado proceso psicológico.
Existe también el Kuji Goshin Ho, o método de protección del propio cuerpo por medio de nueve ideogramas, los cuales ocupan un lugar muy importante en las enseñanzas de la secreta secta Shingon del Budismo. Este método es, de hecho, nada más que una parte del Kiai.
El Kuji, o nueve ideogramas, comprende rin, hei (pyo), to, sha, kai, jin, retsu, zai y zen, y el hecho de practicar este arte -método el cual no viene al caso en este artículo- se cree que entre otras múltiples propiedades aniquilará las fuerzas de la maldad y el peligro, y por lo tanto guardará al cuerpo contra todo posible peligro. Este arte era ampliamente practicado por los samuráis (y obviamente los ninjas) en los tiempos feudales. Podemos simplemente asumir aquí que su eficiencia se debe a alguna virtud oculta inherente a los ideogramas citados además del hábito de la concentración mental, los mantras apropiados y la continuidad que pueden ser acrecentadas con la constante repetición de estas fórmulas.

ARTICULO OFRECIDO POR

Dani Esteban -Kôryu-
http://www.hispagimnasios.com/blog/bujinkan.php?p=7

 

 

KIAIJUTSU

Por Xavier Teixidó (tengu)
Profesor de Nihon Kobudo

 

Japón ha sido cuna de los más diversos métodos de combate con y sin armas a lo largo de muchos siglos. Concretamente, las Artes Marciales a mano vacía han recibido multitud de nombres, tales como: Jûjutsu, Aikijutsu, Chikara Kurabe, Kempo hô, Kôshi no mawari, Shinhaku, Torite o Yawara, por citar algunos ejemplos. Salvo algunas escuelas de Yawara, Jûjutsu y Aikijustu la mayoría de estos métodos desaparecieron parcial o completamente. Del arte del que hoy nos ocupamos, el Kiaijutsu, se sabe muy poco, incluso en Japón, y son contadas las escuelas que enseñan este sofisticado apartado del combate sin armas.

Qué es el Kiai

La palabra Kiai, cuyos ideogramas son iguales a los de la palabra Aiki, podemos descomponerla en Ki – que significa energía, mente o voluntad- y Ai – contracción del verbo awaseru que significa unir. Luego el Kiai es la unión de la energía Ki y su posterior expansión. Según los expertos, el poder del Aiki es silencioso, mientras que el Kiai es un vector de poder, algo que desarrolla increíblemente el aspecto físico. El Kiai era uno de esos atributos inherentes al Bujutsu que provocaba en los movimientos de combate un incremento notable de su eficacia.

Tradicionalmente el KiaiJutsu es una consecuencia del trabajo de la energía interna, en chino llamado Nei Kung y en japonés Haragei. Es a través de esta centralización de la energía en la región abdominal (Hara), que los antíguos Bushi se dice eran capaces de paralizar, matar o curar a voluntad por medio de la forma de Kiai más universal: el Kensei o grito ventral. Se tiende a pensar, erroneamente, que el Kiai es un grito. El grito es una expresión vibratoria del Kiai, un Haragei vocal, es decir, una centralización de la energía interna en la región abdominal por medio de la contracción diafragmática y la emisión de un mudra mediante las cuerdas vocales. En niveles muy elevados, el Kiai puede ser inaudible al oído humano.

El Kiai es también utilizado por diferentes movimientos religiosos en Japón, tales como la secta Shingon, la cual basa su enseñanza del Kiai en el rito del Taky Shugyo, un tipo de meditación bajo las heladas aguas de una cascada.

Se sabe que todos los Bushi debían conocer esta técnica y dominarla. Algunos de ellos llegaron a perfeccionarla tanto que lograron crear una disciplina independiente, llamada Kiaijutsu. Esto sucedía en el siglo VII d. C.

Cómo se practica el Kiai en Nihon Kobudo

En primer lugar deben tenerse en cuenta dos conceptos: el centro energético del hombre y la respiración abdominal. Un alumno avanzado de cualquier escuela debería empezar a preocuparse de buscar su centro vital, Kikai o Saika Tanden, dentro de su región abdominal (Hara). Este acostumbra a estar dos o tres dedos por debajo del ombligo. En Japón el dominio de Hara era fundamental, pues esta cualidad determinaba la fuerza, la calma o la serenidad, entonces se decía que el hombre tenía vientre (Hara no Aru Hito).

A partir de aquí, saber distinguir entre la respiración pulmonar y la respiración abdominal. Para respirar con el vientre debemos imaginarnos una esfera situada en nuestro centro vital. Cojeremos aire expandiendo los músculos de esta zona, hinchando la esfera. Luego desplazaremos la esfera hinchada hasta caja torácica, donde continuaremos hinchándola hasta su máximo. A continuación empezaremos a vaciar de aire esa esfera, primero desde el tórax y luego bajándola al vientre donde acabaremos de vaciarla contrayendo completamente los músculos abdominales y sacando todo el aire, dejando que el diafragma nos ayude a tal efecto. Todo ello relajados y sin movernos del sitio.

Este es un sencillo ejercicio de iniciación que nos servirá para empezar a centralizar la respiración en el Hara. A medida que seamos diestros en él, iremos emitiendo algún sonido gutural (Kensei) al tiempo que soltamos el aire. El siguiente paso será realizar este proceso en movimiento, realizando algún tipo de paso o esquiva, de forma que armonizaremos la respiración al movimiento. El sonido gutural (Kensei) será ahora más profundo.

El tercer paso será la unión de la energía generada (Ki) con la fuerza muscular (Chikara) por igual, de forma estática o en movimiento, bajo la forma de un empujón, un golpe o cualquier otro movimiento que requiera una expresión poderosa. El sonido gutural será pleno.

Con el tiempo la fuerza muscular debería ser desplazada a un segundo plano y trabajar profundamente la centralización de energía. Llegará un momento en que la expresión de fuerza será una voluntad del propio Ki. La elección del monosílabo de expresión gutural es indiferente al principio, debe ser personal, más tarde cada escuela practicará el sonido o sonidos característicos de la misma. Para que un Kensei sea eficaz, debe emitirse a corta distancia (0,5-1,5 m) y bién focalizado. La duración del mismo dependerá de cada escuela y su estrategia particular.

Repercusiones del Kiai

Siguiendo con la forma de Kiai más extendida, el Kensei, debemos puntualizar que según la modulación del grito (grave o agudo) el efecto será curativo, a modo de reanimación por Kuatsu, o destructivo. Ambos eran igualmente empleados, aunque lamentablemente el destructivo sea el más conocido y el más transmitido en los ryuha.

Las consecuencias de la extensión de Kiai más utilizada (Kensei), a nivel destructivo, son realmente devastadoras. A nivel del oído externo y medio un grito intenso y brutal puede provocar una contracción del mismo y sensación de dolor agudo, seguido de un reflejo vegetativo inhibidor. Los nervios vegetativos, tanto simpático como parasimpático, se condensan en un centro nervioso que afecta directamente al nervio pneumo-gástrico; el daño de este provoca una bronco-constricción (contracción de los bronquios), una vaso-constricción (contracción de las arterias) y taquicardia (aceleración del ritmo cardíaco), es decir, un shock. A nivel del oído interno puede provocar un aumento de la presión arterial, con el consiguiente síncope.

El grito en el plano curativo, como reanimación, también puede ser beneficioso ya que actúa sobre la contracción arterial haciendo que los vasos se dilaten y el riego sanguíneo vuelva a la normalidad.

Los efectos a nivel curativo son dignos de tratar. Se cuenta que el maestro Kunishige, profesor de la escuela de Jujutsu Shinden Isshin ryu, fue capaz de revivir con un Kensei a un hombre que yacía inconsciente después de una caída.

La literatura japonesa ha tenido a bien perdurar la leyenda del Kiai, mediante la descripción de las hazañas de diferentes héroes feudales. Tal es el caso de Matajuro Yagyu, maestro de la tradición Yagyu ryu, que dicen fue capaz de fulminar y posteriormente revivir a dos pájaros con un potente grito, para convencer de su poder a un ronin bravucón.

El Kiai en las escuelas de Nihon Kobudo

Como se ha comentado el Kiaijutsu es la facultad de transmitir la energía interna al exterior mediante una centralización de la misma en el Saika Tanden y su harmonización con el Chikara. Esta técnica, mediante un Kensei, puede efectuarse en tres estadios diferentes de un combate:

Antes del ataque, anticipándonos al movimiento del agresor y bloqueandole mental y psíquicamente;

Durante el ataque, desconcertándolo y rompiendo el equilibrio de su agresión;

Después del ataque, para disuadir al agresor de cualquier tentativa de contraataque.

Existe una forma destructiva de Kiai, llamada Toatejutsu, consistente en golpear a distancia. El Kensei es una de esas formas. Sin ir más lejos uno de los maestros de Budo contemporéneos más célebres, Morihei Ueshiba, maestro de Daito ryu y Yagyu ryu entre otras tradiciones y posterior fundador del Aikido, era capaz de derribar a un atacante sin casi tocarlo mediante el uso del Kiai.

A principios de siglo, un experto de Kiaijutsu llamado Kumashiro Hikotaro, decía que la combinación de Ki con Ai, significaba que la mente más fuerte se fusionaba con la mente más débil. Así pues, se obligaba al Bushi a dominar el arte del Shinki Kitsu, es decir, el método de unir oponiendo mentes bajo el control de una, o lo que es lo mismo, concentrar las dos mentes que se enfrentan en un combate, en el centro vital de la más fuerte de ellas.

Es también interesante remarcar los consejos de los diferentes ryu con respecto a la utilización del Kiai y la respiración abdominal. Así en el texto Judo Taisen Rouku, de 1958, se dice que la respiración se debe combinar con una buena posición. En el Itto ryu Bunsho, de 1958, se dice ataca al adversario de acuerdo con su respiración, comentario que hace referencia directa al concepto de unir energías.

Por otro lado es interesante subrayar los conceptos de la tradición Tenshin Shoden Katori Shinto ryu la cual enseña que una técnica sin Kiai, es como el lecho de un río sin agua, posee una forma pero sin vida. El sistema Daito ryu practica el vencer con una sola mirada, haciendo referencia al poder dominante de la mente más fuerte sobre la más débil, una expresión más de Kiai.

Como colofón a este texto, quisiera rescatar las palabras del legendario rônin Miyamoto Musashi, el cual escribe en su obra Gorin no sho acerca del Kiai en combate. En el libro del fuego relata detalladamente, basado en su experiencia de combate, la práctica del Kiai (sic): " ...durante la lucha, la voz adquiere un timbre bajo, elevando el grito cuando atacamos. Después del enfrentamiento, gritamos en la estela de nuestra victoria. En combate singular, simulamos que nos disponemos a atacar y gritamos al mismo tiempo para perturbar al enenmigo, entonces en la estela de nuestro grito, cortamos con el sable largo. Gritamos después que hemos abatido al enemigo para anunciaer nuestra victoria. A esto se le denomina Sen go no Koe (voz de antes y después). No gritamos nunca al mismo tiempo que blandimos el sable sino durante el combate, para entrar en ritmo".


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